Para el diseño de esta identidad visual se tomó como base la idea de mostrar un diseño que transmitiese cercanía, delicadeza y dulzura junto a la elegancia y profesionalidad del servicio que se le dará a las parejas. Por ello, la representación artística del sol amaneciendo o en puesta, crea un momento único cada vez que lo visualizamos, como único es el día que van a vivir el día de su boda. Se trabajó en simplificar al máximo la imagen, consiguiendo que la creatividad de sol y reflejo saliese de una pincelada acuarelada, a la cual, por lo que representa, se le adaptaban perfectamente los colores que dan nombre a la propia marca wedding planner, Miel y Limón. Junto a una tipografía fina y con serif delicado, unida a otra más estilizada y de carácter nupcial, se consiguió dar lugar a un logotipo donde la cromática nace del propio diseño y se extiende por las palabras que lo acompañan.